Iconografías Crísticas I

Es evidente que cuando vemos una obra artística que representa la figura de Jesús, la situamos en su época, y hasta si es conocida, podemos incluso decir qué maestro la concibió. Lo que no es tan fácil es hablar o intentar explicar cómo se llega a ese proceso, ya no sólo de identificación, sinó los motivos profundos que llevaron al artista a realizar asi, y nó de otra forma, esa representación.

Empecemos con una obviedad. Cada artista, al igual que su obra, es hijo de su época y de su espacio, del lugar donde la realiza. Esto se complica ya que las influencias en su carácter pueden ser variadas, e incluso contrapuestas unas a otras. Pero para salir del atolladero donde me has metido, mi querida hermeneuta, arranco trazando líneas gruesas, que posteriormente, si lo deseas, se podrían matizar.

Lo que hay que tener claro es que al observar cualquier obra artistica, se establece un "diálogo" entre el creador de la obra, que "charla" a través del tiempo y del espacio de una forma fascinante con su espectador, haciendo mas incapié en unos detalles que en otros, según le interese excitar un sentimiento u otro en el que visualiza, asi como se vé sujeto a las modas del momento y a la ideologia del espectador al que vá dedicada la obra.
Por todo ello, en cualquier obra existen unos detalles obvios y otros mas ocultos, haciendo la "lectura" o interpretación de la representación, en este caso de Jesucristo, un tema apasionante.

Julio

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