Según la misión del barrio

Este Jesús "de las madres y las novias", de ojos azules y sexy con su cabello al viento, pertenece al dibujo de un afiche famoso en Argentina, que se repartía casa por casa para ser pegado en las ventanas y en las vidrieras de los comercios. Estuvo bastante tiempo en la vitrina de las farmacias, en las mesitas de luz, en los calendarios de bolsillo, en las pizarras de las parroquias vecinales, en los anuncios de los cursillistas, en folletos de invitación a misa. Este Jesús tuvo una forma muy particular de omnipresencia.
Fue un Jesús con barca de pescador, pero con poca pesca en los barrios. Sólo captó la atención de señoritas, algunos señores ultraderechos, y a algunas señoras de la Liga de Madres de Familia.
Su amarillo de Van Gogh fue un shock visual interesante para renovar la fe emocional de la peluquera, el orgullo devocional del ama de casa y la plegaria material del carnicero. Ya se sabe que en los barrios no se tolera un dios sin ojos claros.

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